La primera vez que viajé sola...

Hace unos años, en tiempos de COVID, tenía un viaje planificado con mi mejor amiga a la gran ciudad de Nueva York. Andrea y yo íbamos a ver Phantom of the Opera en Broadway, antes de que la retiraran de cartelera para siempre, porque fue una película que vimos juntas de pequeñas y que nos marcó muchísimo. Así mismo, al ser época de navidad, teníamos muchos planes más: patinar frente al Rockefeller, tomar chocolate caliente, ir a The Friends Experience, entre otras. 


Sin embargo, resulta que la vida tenía otros planes para mí. Mi amiga había dado positivo a Covid, aunque asintomática (gracias a Dios), y me tocó tomar una difícil decisión: viajar sola por primera vez en mi vida, para no perder todo lo comprado, o perderlo todo. Vale recalcar que Andrea me llamó para darme la noticia mientras yo estaba llegando al aeropuerto. Yo no sabía qué hacer. De pronto, me movía de forma automática por el aeropuerto mientras cumplía con los protocolos de seguridad. Fue como si mi cuerpo había tomado la decisión de continuar sola, pero mi mente no se había enterado. No fue hasta que me senté en una silla en el “gate” que me entró un miedo terrible. 


Nunca antes había viajado sola, pensé tantas cosas: “Soy mujer, soy joven, qué peligro, andar sola en otro país, etc.” El miedo me hacía sentir como si estuviera haciendo algo mal, algo prohibido. Ya a ese punto, tenía ganas de salir corriendo. De pronto, me di cuenta de que, fuera del caos mental, sentía una seguridad que, evidentemente, no provenía de mi mente; sino que de mis entrañas: “Todo va a estar bien.” 


Efectivamente, ha sido uno de los mejores viajes de mi vida. Estar sola me dio una mejor perspectiva de mi energía. Me disfruté muchísimo mi propia compañía. Realicé todas las actividades que teníamos en agenda. Bueno, realicé las que yo quería, cómo y cuándo yo quería. Se sintió como un renacer de mi esencia. Me perdí en el tren, caminé hasta cojear, pasé frío hasta que se me bajaban los mocos y, sobre todo, fui feliz viviendo en el presente.



Autora: Diana Carolina Sostre Navarro (Miembro de Crece Travel)